Desde hace unos días ya es oficial que Andrés Iniesta es el máximo accionista del Albacete Balompié al haber aportado una gran inyección económica a las arcas y, por lo tanto, podría manejar el club casi a su antojo en cualquier momento.
Es una grandísima noticia por todos los significados que tiene, entre ellos, que ha habido una aportación muy importante de capital al club en un momento económico muy delicado y, sobre todo, porque a partir de ahora el club está, mayoritariamente, en manos de alguien que quiere de verdad a esta entidad y no ha aparecido durante la ampliación de capital ningún salvapatrias que pudiese usar el club para beneficio propio.
Si ya de por sí Andrés Iniesta era muy querido en Albacete por todo lo que representa, sobre todo a la hora de vestir la camiseta de la Selección Española (es entonces cuando lo quieren hasta los madridistas) desde que se decidió a arrimar el hombro por el Albacete Balompié ha demostrado seguir siendo ese chaval sencillo, humilde y con tan grandes valores que muchos pensamos siempre que era. Además, hay que unir a esta ayuda la que ya hizo a comienzos de temporada patrocinando la camiseta blanca con la publicidad de sus nuevas bodegas.
Andrés Iniesta no solo ha demostrado su amor por el Albacete Balompié, también nos puso durante unos días en el primera plano del deporte nacional, un lugar en el que hacía mucho tiempo que no estábamos, aunque esta temporada entre sus ayudas, los calendarios de las chicas del Nexus Fundación Femenino y la victoria ante el Atlético de Madrid se nos está oyendo y viendo más que en muchos años atrás.
Espero que, para rematar, consiga poner orden y lógica en este club, aunque de momento sea desde la distancia y con intermediarios para que pueda volver a devolvernos, no solo al fútbol profesional, si no a lo más alto de la élite futbolística española.
Además, debo confesar una de mis mayores ilusiones sobre Andrés Iniesta que es verlo jugar con la camiseta del Albacete Balompié. Quizá, cuando le dé por estar a punto de colgar las botas y retirarse...
Es una grandísima noticia por todos los significados que tiene, entre ellos, que ha habido una aportación muy importante de capital al club en un momento económico muy delicado y, sobre todo, porque a partir de ahora el club está, mayoritariamente, en manos de alguien que quiere de verdad a esta entidad y no ha aparecido durante la ampliación de capital ningún salvapatrias que pudiese usar el club para beneficio propio.
Si ya de por sí Andrés Iniesta era muy querido en Albacete por todo lo que representa, sobre todo a la hora de vestir la camiseta de la Selección Española (es entonces cuando lo quieren hasta los madridistas) desde que se decidió a arrimar el hombro por el Albacete Balompié ha demostrado seguir siendo ese chaval sencillo, humilde y con tan grandes valores que muchos pensamos siempre que era. Además, hay que unir a esta ayuda la que ya hizo a comienzos de temporada patrocinando la camiseta blanca con la publicidad de sus nuevas bodegas.
Andrés Iniesta no solo ha demostrado su amor por el Albacete Balompié, también nos puso durante unos días en el primera plano del deporte nacional, un lugar en el que hacía mucho tiempo que no estábamos, aunque esta temporada entre sus ayudas, los calendarios de las chicas del Nexus Fundación Femenino y la victoria ante el Atlético de Madrid se nos está oyendo y viendo más que en muchos años atrás.
Espero que, para rematar, consiga poner orden y lógica en este club, aunque de momento sea desde la distancia y con intermediarios para que pueda volver a devolvernos, no solo al fútbol profesional, si no a lo más alto de la élite futbolística española.
Además, debo confesar una de mis mayores ilusiones sobre Andrés Iniesta que es verlo jugar con la camiseta del Albacete Balompié. Quizá, cuando le dé por estar a punto de colgar las botas y retirarse...
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