Llegó el final de temporada y nos quedamos un poquito huérfanos de esos canalletas que nos han hecho disfrutar durante todo el año. Hemos vivido una temporada que ni los más optimistas soñaban hace ahora un año, cuando seguíamos de resaca por lo conseguido en La Coruña.
Hemos hecho una temporada de sobresaliente, que no pudo acabar en matrícula de honor pero que tampoco hemos necesitado para disfrutar como gorrinos en el barro. Nos hemos salvado con muchas jornadas de ventaja, hemos luchado por un ascenso directo hasta hace unas pocas semanas y nos clasificamos matemáticamente para el play-off de ascenso una jornada antes de acabar.
El play-off de ascenso no fue como esperábamos y como queríamos, pero lo disfrutamos durante los 180 minutos que duró. El primera partido en casa fue una fiesta horas antes de comenzar y siguió así hasta los errores obscenos que nos privaron de una victoria que muchos veíamos que se podía conseguir. El segundo partido fue el de la fe y la ilusión, con desplazamiento del más del doble de aficionados que se preveían (y se querían por tierras valencianas), me atrevería a decir que el triple incluso, y que lejos de hundirnos, nos reforzó en nuestro sentimiento hacia este club y hacia el equipo de esta temporada en particular, sin dejar de animar, apoyar y mostrar cariño a nuestros jugadores y equipo técnico.
Va a ser una temporada difícil de olvidar y que nos va a servir de ejemplo durante mucho tiempo de lo que una afición debe hacer, sentir y luchar por su equipo, porque esta temporada no es solo la de los canalletas que casi nos suben a Primera División, es la temporada en la que la afición se ha reconciliado con un equipo que nos tiene más acostumbrados a hacernos sufrir y pasar malos ratos pero que cuando hace las cosas bien, con muy poquito, nos hace responder y respaldar hasta morir.
Tenemos cada vez más cerca la temporada 2023/24, de la que ya hay movimientos, renovaciones, salidas, confirmaciones y muchos, muchos rumores. Ojalá podamos disfrutarla, como mínimo, la mitad de que este año, ya con eso, sería una magnífica señal.
¡Aúpa Alba!