Después de unos días de tranquilidad y reflexión, se puede decir que el partido de Santander fue un tropiezo, grande, muy grande, pero un tropiezo.
Sabemos perfectamente cómo puede jugar este equipo, sabemos todo lo que puede dar y le hemos visto perder otros partidos, pero de otra manera, con otra actitud, por eso el partido ante el Racing de Santander nos chirrió tanto y nos enfadó más aún, porque sabemos que con otra manera de salir al partido, aún habiendo podido perder, la imagen hubiese sido otra completamente distinta.
Me molestó mucho la manera de perder porque no reconocí en ningún momento al Albacete Balompié de esta temporada pero no me bajo del barco, todavía queda mucha Liga por delante y se puede conseguir entrar de nuevo en puestos de play-off.
Nuestro objetivo principal está conseguido, que es la permanencia en Segunda División para afianzar, de una vez por todas, el proyecto en el fútbol español pero es normal que todos estemos ilusionados con la opción de jugarnos todo una ascenso a Primera División, lo que pasa es que la temporada se nos está haciendo larga ya que la plantilla, con mucha más calidad de la que soñábamos en verano, está conformada para quedarnos en Segunda División, cometido conseguido más que de sobra.
Nos quedan partidos muy complicados por delante y no es el momento de tirar la toalla, ni de dudar del equipo. Hay que criticar, con conocimiento, cuando las cosas se hacen mal como el sábado pasado pero no por ello debemos dudar del compromiso de nuestros jugadores.
Y se presenta complicado el futuro con seis jugadores lesionados, de los cuales, ya veremos si alguno llega al partido el viernes, pero debemos apoyarlos desde el primer al último minuto porque no está la situación para alarmarse, ya que todo lo que venga a partir de ahora es un premio, no una obligación.
Mi apoyo lo tienen, sin duda, y así seguirá hasta final de temporada, acabemos en el puesto que acabemos.
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