Una vez más a la salida del Belmonte nos fuimos los aficionados con el pensamiento de “hemos jugado muy bien, pero seguimos sin ganar”, “le hemos jugado de tú a tú a uno de los gallitos de la Segunda pero seguimos igual”. Al menos esta vez, el gol en los últimos minutos fue nuestro.
El partido se presentó bien, pues a los pocos minutos ya vimos un partido abierto, que le daba posibilidades al Albacete Balompié de poder mojarle la oreja a un equipo como el Rayo Vallecano, algo que se confirmó cuando antes de la primera media hora de juego Antonio Hidalgo aprovechó un pase de la muerte de Stuani para hacer el 1-0.
Con el marcador a favor, el equipo manchego reculó de nuevo y esperó al rival agazapado atrás esperando hacer contraataques, que no surgieron efecto. Incluso un tiro al palo izquierdo de Cabrero pudo haber echado por tierra todo el trabajo de la primera parte.
Durante el descanso se produjo el primer cambio del Albacete Balompié, que también supuso el debut de Guille Roldán, sustituyendo a un diluido Carlos Merino que en los últimos partidos no ha demostrado ser aquel mediapunta habilidoso que ganaba partidos él solito la pasada temporada. Guille nos deleitó con varias frivolités nada más empezar la segunda parte que hicieron que la grada del Carlos Belmonte se levantase para ovacionarle.
Entonces se agudizó el festival de pito, comenzado desde los primeros minutos con tarjetas y faltas muy rigurosas a los manchegos, solo que esta vez, sus faltas pitadas ayudaron a la remontada del Rayo Vallecano. Para ser justos, además de dichas faltas inexistentes, también ayudaron, y mucho, los errores propios, sobre todo de Bizera (cuyo debut se quedó en correcto) en el primer gol al tragarse el bote del balón, que dejaba a Piti solo ante Cabrero, pues Alberto no supo reaccionar ante tal error, y del propio portero en el segundo gol que cabeceó a la red Aganzo por no salir a coger un balón que era suyo en el área pequeña.
Entre ambos goles madrileños pudo haber llegado el segundo del Alba, pero una afortunada salida de Cobeño echó al traste el buen remate del uruguayo Stuani delante del portero. Parece que la racha del pichichi ha quedado totalmente cortada, una pena esto, pero seguramente en cuanto vuelva a marcar de nuevo recuperará su confianza.
Entonces fue cuando, tras la lesión de Verza, decidió Julián Rubio hacer debutar a Núñez, un mediocentro del filial que está destacando en el equipo de Mario Simón. En un centro desde la derecha del ataque del Albacete Balompié ya intentó hacer una primera volea, pero le estorbó un compañero, por lo que la jugada siguió. Fue a falta de 6 minutos para el final cuando un nuevo centro desde la derecha, de Antonio Hidalgo, que ayer ofreció de nuevo su mejor versión, dejó un balón en la frontal del área para que el canterano engatillase una volea impresionante con su pierna zurda que recordaba al fantástico golazo de Zinedine Zidane en Glasgow.
Un nuevo empate, ante uno de los aspirantes de la cabeza al ascenso que nos deja sensaciones de haber mejorado, y mucho, el juego pero que los resultados no terminan de llegar. Otro último detalle es que los goles en contra siguen llegando a balón parado, aunque, afortunadamente, hemos cortado los de jugada.
Simplemente, con un poco más de fortuna y si el aporte de los nuevos jugadores y la cantera es suficientemente bueno, conseguiremos dar un salto en la clasificación más pronto que tarde.
Por último, un detalle fuera de lo futbolístico, y es lo que se agradece que vuelva a haber un importante foco de animación en el campo, gracias a la unión en este propósito de las dos peñas más ruidosas que tiene a día de hoy el Albacete Balompié. Enhorabuena a sALBAjes y a Belmonte Sur.
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