Hacía mucho tiempo que no teníamos esta ilusión por el Alba, ni siquiera en la temporada 2018/19 en la que quedamos 4º y jugamos el play-off de ascenso de la mano de Luis Miguel Ramis se notaba este apoyo y esta euforia por el equipo. Es cierto que esta vez somos unos recién ascendidos y nadie, ni siquiera nosotros, contábamos con hacer este gran año en la competición.
Tenemos un equipo donde lo que más predomina es el trabajo, la unión y, como no, tenemos destellos de mucha calidad, todo ello comandado por un gran entrenador que vino sin hacer ruido, que incluso él no quería venir, pero que se ha hecho un gran nombre, aún más, en el fútbol de plata español, Rubén Albés.
Si le sumamos la confección de la plantilla que ha hecho Alfonso Serrano, en la que destacan por mucho los aciertos sobre los mínimos errores, el cóctel confeccionado nos da un equipo con una gran base de futuro, con la mayoría de jugadores en propiedad, de los que seguramente se vayan los mejores a equipos más potentes pero, esta vez al menos, nos puede repercutir en ingresos económicos que puedan mejorar o apuntalar la plantilla mejor para que lo de este año no sea un espejismo, acabe como acabe, si no un primer paso de futuro en un club, por fin, manejado con cabeza y profesionalismo.
No menos importante es el trabajo que el club lleva haciendo los últimos años en reactivar a una afición que estaba hastiada con las temporadas anteriores vividas, incorporando nuevos fans que beben los vientos por su equipo y que se moviliza en masa para asistir a los partidos en casa y para desplazarse fuera de ella. Es un trabajo lento y difícil, pero que está dando sus frutos después de un tiempo.
Todo esto unido nos da la ilusión que rodea a este equipo que está haciendo una temporada magnífica, con grandes momentos de juego, con cambios de estilo según el momento, con partidos bonitos y con derrotas en las que no nos hemos sentido inferiores al rival. Y gracias que este años hay VAR... bueno, gracias a ratos...
Quedan muy pocas jornadas para poder acceder a cumplir un sueño ya que lo principal ya está hecho, que era mantener la categoría, además con solvencia, como decía antes, para afianzar una base de futuro con un equipo joven, con ilusión y calidad. Tenemos que disfrutar cada momento de los que quedan a esta agonizante temporada 2022/23, porque si algo he aprendido como albacetista es que esto hay que saborearlo ya que tarde en volverse a repetir.
Y... ¿por qué no?
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