Tras el espejismo de Vallecas, el Albacete Balompié despertó tras un bofetón del UD Levante en un aburrido y tedioso partido que realmente debería haber acabado en un feo empate, pues todavía no está permitido que pierdan ambos equipos, pero que finalmente se lo llevó el más listo de la clase.
Máximo Hernández se pensó que usando la misma alineación amarrategui jugando en casa conseguiría cosechar un buen resultado y lo que se encontró fue un gol en el último minuto de la primera parte y un equipo que supo esperar a que pasase el tiempo y que consiguió alguna ocasión más para haber aumentado la diferencia en el marcador.
Aparte del malísimo planteamiento hay que destacar la mala convocatoria en la que tan solo se incluían cuatro defensas (a Íker Begoña no lo cuento pues con Máximo siempre jugará en el centro del campo y nunca en su posición natural de central) sin prever lesiones o expulsiones en esa línea del campo. Dicho y hecho, a los pocos minutos tuvo que retirarse el capitán Diego Alegre y la solución fue colocar a Alberto, centrocampista defensivo que estaba actuando como media punta, en el lateral derecho. Más enrevesado imposible. El sustituto de Alegre fue, en vez de Ibón Gutiérrez, Verza o Toché para ocupar esa mediapunta, Xavi Jiménez, un extremo derecho.
Si Máximo se había planteado sacar los tres puntos del partido, no me entra en la cabeza su idea para ello, ahora, si tenía pensado sacar un empate o ni eso, empiezo a entenderlo. Dudo mucho que su idea fuese esta última, la verdad.
Lo peor de todo es que todavía no respiramos tranquilos, pues nos encontramos a 8 puntos del descenso a falta de jugarse aún otros 18 puntos más y el próximo partido es contra
Y como parece que Máximo volverá a repetir alineación en Anoeta, con un cambio en alguno de los hombres de banda, esperemos que salga la versión Vallecas y no la versión en casa, o al menos saquemos un puntito, que también nos vendría muy bien.
Y luego era Juan Ignacio el que no sabía a qué jugaba…
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