De nuevo el pasado fin de semana vimos un espectáculo al que nos hemos acostumbrado esta temporada. Un equipos sin pegada, sin alma, sin fuerza... contra un equipo que ofreciendo poco se lleva mucho. Y los rivales, como en este caso la AD Alcorcón, no es que ofrezcan más porque no puedan, es que ni lo necesitan.
De nuevo, los errores en defensa y la inoperancia del centro del campo y el ataque condenan al Albacete Balompié a sufrir una nueva derrota y hace, encima, que sea ya casi la definitiva porque ahora sí que nuestra caída a la temida Segunda División B pende de un hilo que, esperemos que no, es muy posible que se corte esta noche en Ponferrada.
Tan solo 2 años después hay un 99% de posibilidades que volvamos a abandonar el fútbol profesional para caer en el fútbol semiprofesional y volver a tener que enfrentarnos a equipos con instalaciones humildes y bastante alejadas de donde venimos. Claro, nos lo hemos ganado.
El miedo que tenemos algunos es que finalmente Hacienda nos deje comenzar la competición porque cumpla con lo que un juzgado les obliga, que es a dejarnos volver a pagarles lo que queda de deuda en los plazos marcados por el Concurso de Acreedores. La lástima ha sido que si no hubiésemos descendido (aún no es matemático), quizá en un año habríamos liquidado la parte más peligrosa de la deuda, que es la de Hacienda precisamente.
Ahora toca esperar, otra vez semanas de incertidumbre y el no saber qué va a ocurrir con nuestro club otro verano más. El caso es sufrir y sufrir...
Ahora toca esperar, otra vez semanas de incertidumbre y el no saber qué va a ocurrir con nuestro club otro verano más. El caso es sufrir y sufrir...
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