Cuando por fin parecía que el equipo haría una temporada decente, en la que no pasaríamos apuros, evidentemente, sin pensar en ascenso, pero teniéndolo ahí como un posible sueño, empezamos a perder con los equipos de la zona baja, dándoles aire a ellos y metiéndonos en problema nosotros mismos.
Ya la semana pasada, frente al Elche CF, el Albacete Balompié no pareció ese equipo que sacó 4 puntos seguidos en los dos partidos frente a los equipos que son, a priori, los dos gallitos de la categoría, pero es que este pasado sábado repetimos otra vez, volviendo a quedar en evidencia y dándoles alas a la SD Ponferradina, que se llevó los 3 puntos del Carlos Belmonte sin mucho sufrimiento, y eso que venían, no solo como un equipo que no había ganado todavía, si no que además fuera de casa no había marcado ni un solo gol.
Haciendo un mal partido en todas las líneas, sin contar la portería, una semana más, apenas se creo peligro real en la portería rival, mientras que el equipo leonés simplemente tuvo que esperar su oportunidad, la cual llegó en forma de un absurdo penalty cometido por Toni, aunque en mi opinión no debió ser pitado al ser una mano involuntaria, tanto que el jugador la hizo con los ojos cerrados, por tanto no sabía ni hacia donde se dirigía el balón.
Una vez más dimos la de arena ante un rival, en teoría, menor que deja una imagen del equipo que vuelve a sembrar las dudas en gran parte de la afición, aunque también hay que reconocer que somos una afición de extremos, pues si ahora estamos ya de nuevo con medio píe en Segunda División B, hace dos semanas estábamos mirando los puestos de ascenso directo a Primera División. Y, cómo no, las mayores dudas giran en torno al entrenador Antonio Calderón, que si hace unos días estaba sacando un gran rendimiento de este equipo, ahora resulta que no sabe lo que se hace.
En mi opinión, deberíamos empezar a aprender a moderarnos un poco e intentar ir viendo el día a día del equipo, sin mirar más lejos que en la siguiente jornada y lo que ello puedo provocar, sin cuentos de la lechera, aunque también comprendo que tras las últimas temporadas y las continuas decepciones sufridas por esta afición, haya momentos de nerviosismo extremo, pues no queremos tener que volver a soportar finales de temporada como la pasada o la de la primera de la era de Bandera Blanca, sin olvidarnos de las últimas decepciones con Contreras.
Lo mejor será que dejemos trabajar a este equipo tranquilo, pues ya ha demostrado de lo que es capaz y que puede sacar adelante una temporada tranquila y decente, solo hay que cambiar un poco el chip de la intensidad cuando se enfrentan a equipos de perfil bajo y no confiarse. Seguramente, una vez solucionado ese problema, podremos volver a respirar tranquilos después de unas jornadas.
Fotografía sacada de QuesoMecanico.com
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