Nadie nos esperábamos el resultado que finalmente consiguió el Hércules CF ante el Albacete Balompié. Sí que es cierto que muchos firmábamos como bueno un empate en tierras alicantinas, pero ni en sueños habíamos imaginado el triste final que se dio.
Fue el peor partido de la era Vidal, pero no por juego ni por efectividad, simplemente, por mala suerte y muchos errores defensivos, pues el Hércules CF marcó siempre que tiró entre los tres palos menos en una ocasión. A ello hay que sumar que le concediesen un penalty que no fue y un gol en claro fuera de juego.
Lo peor del resultado es que a lo largo de ese domingo todos los equipos que vienen por abajo apretaron y ganaron sus respectivos partidos, lo que deja al Albacete Balompié de nuevo a un solo punto de los puestos de descenso, lo cuál nos ha bajado de la nube en la que estábamos tras los últimos 9 partidos.
La nota positiva (positivísima) fue la afición que nos dimos cita en el Rico Pérez, pues no paramos de animar ni un solo segundo, ni cuando el marcador reflejaba un duro 5-0, con cánticos, palmas e, incluso, iniciando una ola (que siguieron los aficionados herculanos, aunque les costó bastante a pesar del resultado). Una excepcional animación que consiguió la admiración de parte de aficionados alicantinos (los pocos buenos que allí se dieron cita), de la prensa (incluidos los comentaristas de Canal +) y de los aficionados albaceteños que no pudieron darse cita en Alicante.
A partir de ahora quedan 3 partidos vitales, de los cuales los dos primeros los jugamos en casa y sacando sendas victorias dejaríamos (casi seguro) sellada la permanencia. El problema está en que en caso de fallar nos la jugaríamos en el último partido ante el equipo revelación que sigue luchando por su sueño del ascenso a Primera División, el FC Cartagena.
Tenemos que apretar este sábado frente al Recreativo de Huelva con todas nuestras fuerzas y marcar el primer gol desde la grada.
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