Me ha dado rabia, ya no porque se marche el jugador en sí, ya que en el mundillo del fútbol no hay dos gustos iguales, sobre todo al valorar la calidad de los futbolistas, por lo tanto su marcha era un opción que podría existir, pero sí por la manera en que se ha marchado la persona, humillada, triste y mareada.
Me explico. No entiendo que el día que acabó su contrato (el 30 de junio) no se le dijese a las claras un “no contamos contigo”; no entiendo que el club haga una oferta de renovación, el jugador pida otra cosa y ya no le atiendan para negociar su petición, cuando entra dentro del límite presupuestario impuesto en los salarios por el club; no entiendo que después de unos días Máximo Hernández le pueda decir al representante que si llega Charles, Pablo no seguirá, y si no, pues se podría volver a negociar; no entiendo que tras el “no” a Charles de los médicos del Albacete Balompié (que nadie, ni siquiera Máximo, nos esperábamos) se le diga que lo renuevan, pero por lo dicho por el club, sin ningún tipo de negociación; y no entiendo absolutamente nada que cuando Pablo pidió el miércoles hablar a solas con el Presidente Ubaldo González fuese el Director Deportivo el que se negase a dejarlos solos.
Tras todo esto, otra mentira de Máximo Hernández al decir que el entrenador no contaba con el ‘20’, cosa que desmintió al día siguiente el propio Juan Ignacio Martínez diciendo lo que todos sabíamos, que no lo había visto jugar por lo que no podía decidir si contaba con él o no, además de contar que el club ya le dijo que el jugador no iba a renovar por motivos económicos. Una más…
La verdad es que la no renovación de Pablo García se podía intuir ya que se buscaba reforzar la banda derecha, terminaba contrato, es canterano y no está apuntado en la libreta de Máximo Hernández, no como Xavi Jiménez que, en mi opinión siendo peor jugador que el albaceteño, lo trajo él y además le queda otro año de contrato. Pero lo que no se puede permitir es que se trate así de mal a un jugador que ha defendido durante 15 años la camiseta del Alba.
A todo esto, Ubaldo González no dice ni plim, ya que, por lo que cuenta hoy la prensa, fue Máximo el que decidió que la reunión no fuese a solas con el jugador. ¿Entonces qué pinta el Presidente en el club?
Mucha lástima sentí al ver al jugador irse de la sede conteniendo las lágrimas, lo que demuestra que quiere a este club mucho más de lo que nunca podrá hacerlo
Mucha suerte a donde vayas Pablo, aquí estaremos los de siempre, así que hasta pronto.
Fotografía sacada de AlbaceteBalompie.com
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