Después de unas semanas sin actualizar, vuelvo a la carga, porque hay mucho que contar.
Empezaré por los dos últimos partidos que jugó el Albacete Balompié, en casa frente al Villarreal B y en casa del Granada CF. El primero, afortunadamente, me lo perdí pues estaba de viaje por París y el segundo, por desgracia, pude seguirlo en directo. Dos de los peores partidos jugados en mucho tiempo por el Albacete Balompié, y eso que en los últimos años hemos tenido ejemplos de cómo no se juega al fútbol.
Frente al Villarreal B fuimos un juguete en manos de los filiales castellonenses, que mandaron durante todo el partido, y se llevaron el gato al agua gracias a dos enésimos errores individuales en la defensa blanca. Estos errores hicieron que Calderón se cargase del once titular frente al Granada CF a De la Cuesta.
El partido en Granada empezó con un Albacete Balompié sabiendo a qué jugaba, sin ser espectaculares, llegaron a crear peligro y trazar alguna buena jugada en la primera parte, todo un espejismo, pues en la segunda parte se repitió el juego de la semana anterior frente al filial amarillo y el equipo andaluz también bailó al Albacete Balompié.
De estos dos partidos me niego a seguir describiéndolos, pues como aficionado del Albacete Balompié no me aportan nada bueno, además, a estas alturas ya está todo dicho.
Todo estos últimos resultado (5 partidos consecutivos perdidos y sin marcar ni un solo gol) precipitaron los acontecimientos y Antonio Calderón dejó de ser entrenador del Albacete Balompié la noche del sábado, varias jornadas tarde de cuando se debió de haber producido dicho cese.
El que se hace ahora cargo de la nave es el deseado por gran parte de la afición del Albacete Balompié, David Vidal, que vuelve de nuevo apenas 8 meses después de haber dejado el banquillo albacetista, con la misma misión que la última vez que estuvo aquí, sacar a flote este barco medio hundido, solo que esta vez se ha asegurado de firmar una cláusula por la cual, si consigue salvar al equipo, la próxima temporada seguirá entrenándolo.
Esperemos que este año se le dé tan bien como se le dio el pasado y consiga sacar esto adelante, pues esta vez sí que creo que es la última bala de la recámara, aunque yo no estoy tan convencido como casi el 100% de afición de que Vidal sea nuestro hombre para este cometido.
Deseo equivocarme.
Empezaré por los dos últimos partidos que jugó el Albacete Balompié, en casa frente al Villarreal B y en casa del Granada CF. El primero, afortunadamente, me lo perdí pues estaba de viaje por París y el segundo, por desgracia, pude seguirlo en directo. Dos de los peores partidos jugados en mucho tiempo por el Albacete Balompié, y eso que en los últimos años hemos tenido ejemplos de cómo no se juega al fútbol.
Frente al Villarreal B fuimos un juguete en manos de los filiales castellonenses, que mandaron durante todo el partido, y se llevaron el gato al agua gracias a dos enésimos errores individuales en la defensa blanca. Estos errores hicieron que Calderón se cargase del once titular frente al Granada CF a De la Cuesta.
El partido en Granada empezó con un Albacete Balompié sabiendo a qué jugaba, sin ser espectaculares, llegaron a crear peligro y trazar alguna buena jugada en la primera parte, todo un espejismo, pues en la segunda parte se repitió el juego de la semana anterior frente al filial amarillo y el equipo andaluz también bailó al Albacete Balompié.
De estos dos partidos me niego a seguir describiéndolos, pues como aficionado del Albacete Balompié no me aportan nada bueno, además, a estas alturas ya está todo dicho.
Todo estos últimos resultado (5 partidos consecutivos perdidos y sin marcar ni un solo gol) precipitaron los acontecimientos y Antonio Calderón dejó de ser entrenador del Albacete Balompié la noche del sábado, varias jornadas tarde de cuando se debió de haber producido dicho cese.
El que se hace ahora cargo de la nave es el deseado por gran parte de la afición del Albacete Balompié, David Vidal, que vuelve de nuevo apenas 8 meses después de haber dejado el banquillo albacetista, con la misma misión que la última vez que estuvo aquí, sacar a flote este barco medio hundido, solo que esta vez se ha asegurado de firmar una cláusula por la cual, si consigue salvar al equipo, la próxima temporada seguirá entrenándolo.
Esperemos que este año se le dé tan bien como se le dio el pasado y consiga sacar esto adelante, pues esta vez sí que creo que es la última bala de la recámara, aunque yo no estoy tan convencido como casi el 100% de afición de que Vidal sea nuestro hombre para este cometido.
Deseo equivocarme.
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