Desde el partido jugado en San Sebastián de los Reyes estoy escuchando muchas críticas, sumadas a las anteriores, a los césped de los campos de fútbol donde hemos jugado, y es normal que existan esas críticas porque menos césped, en algunos casos, parece cualquier otra cosa.
Pero creo que es normal porque estamos en una categoría donde la mayoría de equipos son semiprofesionales, en una época de crisis financiera mundial que nos afecta a todos y donde, seguramente, muchos de estos equipos tienen deudas que apenas pueden afrontar, de hecho, a nosotros también nos suena, ¿no?
De los peores césped donde ha jugado esta temporada el Albacete Balompié podemos incluir los de los partidos en casa del Montañeros CF, de la UB Conquense, de la UD San Sebastián de los Reyes o de la UD Vecindario (por ser césped artificial). Y eso sin contar instalaciones y campos en sí, que si no la lista se ampliaría. Pero nosotros tampoco podemos quejarnos mucho porque nuestro césped tampoco está para tirar cohetes, aunque comparando con algunos de los anteriores citados sea un tapete.
En el Carlos Belmonte hemos estados acostumbrados a ver un auténtico tapete de mesa de billar en nuestras temporadas en la élite, sobre todo desde la última remodelación de las instalaciones, pero eso pasó a la historia por culpa de nuestras deudas económicas, y las del Ayuntamiento de la ciudad.
Antes, nuestro césped tenía de los mejores cuidados posibles en este área y éramos la envidia de muchos clubes de fútbol, incluidos Primeras División, pero esta temporada ese mantenimiento está un poco dejado porque tenemos deudas, ahora mismo, más acuciantes por lo que el gasto en el verde del Belmonte se ha tenido que recortar. Si a esto le sumamos que el césped ha tenido que soportar la famosa bacteria que lo quema y las heladas de las últimas semanas, pues en estos días está como peor lo hemos visto en los últimos años y así tendremos que aguantar hasta que acabe la temporada (play offs incluidos) como poco.
El problema mayor vendrá cuando haya que cambiar dicho césped por uno nuevo por quién se hará cargo de dicho gasto, el Albacete Balompié que es el que se encarga del mantenimiento general del campo por ser el club que lo tiene alquilado, o el Ayuntamiento por ser responsable y dueño del Carlos Belmonte. Ahí tendremos otra guerra entre club y municipio por pagos, deudas y, en definitiva, dinero.
En definitiva, aquí tenemos una razón más por la que abandonar cuanto antes la Segunda División B y regresar al fútbol profesional porque aparte de tener que pagar la deuda contraída debemos afrontar unos gastos que hoy en día no podemos permitirnos por la situación en que nos encontramos y que, dentro de poco, habrá que hacerles frente sí o sí, si no queremos que nuestro Carlos Belmonte se convierta en otra playa donde se dispute fútbol en esta categoría.
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