lunes, febrero 08, 2016

Cara de tontos en el 90

Así se nos quedó la cara a la mayoría de aficionados que nos dimos cita el sábado en el Carlos Belmonte. Y es normal si resulta que te pones ganando un partido en el minuto 18, que se te quede esa cara si te empata el rival casi en el descuento... otra vez.

La afición del Albacete Balompié ya estamos acostumbrados a sufrir (me río yo de lo que se dice del Atleti...) porque somos un club humilde, un club pequeño, que llevamos a cuesta la losa de una gran deuda que a duras penas podemos asumir (gracias José Miguel Garrido) y la losa de llevar cuatro días de vuelta en la Segunda División, pero hombre, esto ya es demasiado.

Si de algo he acusado durante las últimas temporadas a Sampedro es de no tener alternativas en el juego, de no saber mover el equipo según la situación del partido y no tener esa visión del juego del rival que te haga prever lo que va a ir buscando según pasan los minutos. El sábado lo intentó en el descanso. Casi le sale bien.

Creo que fue buena idea la que tuvo al decidir dar el balón al rival tras los primeros 45 minutos e ir ganando por 2-0 pero lo que no puedes hacer es plantearle al Real Oviedo otra manera de jugar sin adecuar la tuya, por eso no entendí que los dos primeros cambios del Albacete Balompié fuesen cambios de cromos, de nuevo. Pensaba que ya que veíamos que los ovetenses tenían la posesión y poco a poco nos iban echando para atrás, la buena idea de Sampedro iba a seguir reforzando el centro del campo, crear una maraña de jugadores donde los asturianos se perdiesen y pudiesen llegar muy poco al área de Juan Carlos. Pero no fue así.

El entrenador contrario, viendo que la posesión era suya, decidió ir a por el partido y buscó los balones en largo a las cabezas de Toché y Cervero, y tuvo premio al final. El error garrafal de Juan Carlos en el primer gol evidencia el nerviosismo que hay en esta plantilla por los resultados del equipo, nerviosismo que se trasladó al resto del 11 albacetista que finalmente permitió el empate en otra jugada extraña. El intento de poblar el centro del campo fue cuando salió al terreno de juego Diego Benito en sustitución de César Diaz pero no fue suficiente ya que el Real Oviedo pasaba el balón de su defensa a su delantera por el aire, por lo que un jugador de toque y posesión no era lo que necesitaba el equipo. Quizá si el sustituto hubiese sido Adri Gómez, con su envergadura, habría ayudado más en defensa. Ya nunca lo sabremos.

Sea como fuere, el caso es que hay que empezar a sumar de 3 en 3 sí o sí y de la manera que sea. Un buen momento es la próxima jornada en la que nos enfrentamos ante el colista de la categoría, un rival directo en la lucha por la permanencia y sería una victoria que nos daría moral, insuflaría ánimo en la plantilla y alejaría al Llagostera de nosotros.

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