martes, marzo 30, 2010

Y de nuevo, la UD Las Palmas

Aunque esta vez no se puede decir que la victoria sobre el equipo insular haya supuesto la permanencia del Albacete Balompié, sí es cierto que, dos años después, en una situación también crítica, la victoria sobre la UD Las Palmas ha sido un baño balsámico para el equipo y, sobre todo, para la afición.


Esto no quiere decir que debamos relajarnos, pues todavía no está andado ni la mitad del camino, pero al menos ya hemos dado los primeros buenos pasos, sin tropiezos ni caídas, algo en lo que éramos expertos en estos últimos 12 partidos.


Aparte de lo positivo del resultado hubo algo más que da motivos para la esperanza y el optimismo, y es el cambio de actitud que han sufrido los jugadores. Tras el último partido con Julián Rubio al frente del equipo nos quedó a todos una sensación de apatía y pasotismo incomprensible en los jugadores, algo que confirmaba el deseo de éstos de echar al entrenador del equipo. Tras la llegada de David Vidal hemos visto en sus dos primeros partidos como los jugadores han cambiado totalmente su actitud en el terreno de juego, yendo a por el partido, aunque luego no se logre, pero al menos no dejándolo perder desde el primer minuto del encuentro.


Una vez más se demuestra que este mismo equipo con otro tipo de actitud tendría al Albacete Balompié en puestos más dignos de la Segunda División, incluso, por qué no, luchando por darnos alguna alegría a final de temporada, mientras que la realidad es que, otro año más, estamos pendientes de los últimos partidos de liga y haciendo cuentas sucesivas para obtener números de permanencia.


Hay un acuerdo no hablado entre todo el entorno del Albacete Balompié (bueno, casi todo…) en el que se pedirán responsabilidades cuando se salve la categoría del equipo, pero aún así, a día de hoy está claro que el proyecto, al menos el deportivo, ya veremos el económico de aquí a unos meses, de Rafael Candel y toda su Directiva ha fracasado estrepitosamente. Al menos esto ha servido para que el Presidente se dé cuenta de que hay que cambiar el modelo de club si queremos sobrevivir a la cuantiosa deuda que mantiene el Albacete Balompié, y es algo que, improvisando, sobre la marcha o de manera impopular, como se quiera ver, se está haciendo.


Esperemos que esta temporada, si conseguimos salvarla al final, sirva de aprendizaje al equipo de Candel a la hora de manejar el club y empecemos a reconducir un club que ha vivido durante mucho tiempo por encima de sus posibilidades económicas reales. Eso sí, seguramente toque apretar los dientes durante un tiempo, pero si finalmente conseguimos acabar con la deuda y ser un ejemplo de club, habría merecido la pena.

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